Enseñanza Virtual Efectiva
La pregunta de si la
enseñanza virtual es tan efectiva como la enseñanza presencial para el logro de
resultados de aprendizaje, continuará siendo objeto de debates e investigaciones durante mucho tiempo. En un reporte
sobre el tema Phipps y Merisotis (1999) señalan que los estudios realizados
pueden agruparse en tres categorías: los que contrastan resultados alcanzados
por los estudiantes, los que comparan las actitudes de los estudiantes frente
al aprendizaje a través de estos medios, y los que evalúan el nivel de
satisfacción de los alumnos con la enseñanza virtual. Por ejemplo, en una
investigación realizada por Shutte (1996), los estudiantes de un curso sobre estadística social
se asignaron aleatoriamente a una clase virtual y a una clase presencial.
Los
contenidos de las clases y de los exámenes fueron comparables para ambos
grupos. Se encontró que los estudiantes de la clase virtual obtuvieron mejores
resultados en las pruebas. El investigador concluye que las diferencias en el desempeño pueden
atribuirse a una mejor capacidad de los estudiantes para colaborar entre ellos
cuando trabajan en línea. En efecto, se observó que los estudiantes con un
mejor desempeño en ambos grupos también evidenciaron una mayor interacción con
sus compañeros. Shutte señala que este factor colaboración es una variable
clave que debe controlarse cuidadosamente en futuros estudios.
Según
Phipps y Merisotis (1999) la mayoría de los estudios indican que los resultados
de aprendizaje que se obtienen utilizando tecnologías para enseñar a distancia
son similares a los que se obtienen mediante la enseñanza tradicional. También
comentan que de acuerdo con resultados de muchas investigaciones, la tecnología
no es un factor tan importante para el aprendizaje como la naturaleza de las
tareas o actividades, las características del alumno, la motivación o la
preparación académica del instructor. Así mismo, estos autores cuestionan
algunos de estos estudios porque no han definido ni controlado adecuadamente
ciertas variables, y porque se han apoyado más en métodos cualitativos que
cuantitativos. Muchas investigaciones manejan el supuesto ilusorio de un
"aprendiz típico", desconociendo así la enorme diversidad de estilos
cognitivos y formas de aprender que caracterizan la población estudiantil.
Palloff
y Pratt (2001), dos especialistas en el tema de educación virtual, comentan que
su experiencia de trabajo con la enseñanza en-línea ha cambiado
significativamente la manera como se acercan a los alumnos en una clase presencial;
ya no centran su trabajo docente en exposiciones orales de los contenidos de
los libros; ahora asumen que los estudiantes pueden leer estos
contenidos, y por lo tanto conciben la clase como un espacio para estimular el trabajo colaborativo
y autónomo.
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