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Acercamiento a la Educación a Distancia


La educación a distancia es una forma de educación derivada de los cambios en la situación educativa básica.
Como toda educación, es parte de los aprendizajes guiados, por lo tanto, el rol del docente es central para caracterizarla. En la educación a distancia, lo que la define es la separación o "distancia" entre docente y estudiante (o entre estudiante y la fuente que puede emplear para aprender). Esta distancia puede darse de tres maneras:
A. En el mismo espacio pero en distinto tiempo.
B. En distintos espacios al mismo tiempo.
C. En distintos espacios y tiempos.
La distancia se da en términos de la constitución de la situación educativa, no con referencia al contenido relacional o tipo de vínculo entre docente y estudiante, por ejemplo, distinto idioma, distinta cultura, etc. Sin embargo, las diferencias de espacios y tiempos suponen contenidos sociales y culturales que influyen en el resultado educativo. Por ejemplo, en el caso B. y C. el docente es probable que pertenezca a un entorno socio-cultural distinto al del estudiante, por lo tanto, además de la "distancia" de la situación educativa se verifica una "distancia" sociocultural.
Existe, por lo tanto, una proporcionalidad directa entre la distancia y la necesidad de verificar la efectividad del aprendizaje. En la educación a distancia, el componente evaluativo es crucial, dado que permite aminorar los efectos de las distintas distancias acumuladas. La necesidad de detectar cambios en la situación educativa se incrementa, porque una pequeña variación puede generar con mayor rapidez una pérdida del vínculo didáctico.

El vínculo entre docente y estudiante es un componente de peso en cualquier situación educativa. Este vínculo se forma a partir de las interacciones entre ambos, y parte de las expectativas previas que aportan ambos al inicio del proceso. En el caso de la educación a distancia, este vínculo es virtual, donde la relación se da "a través" de mediaciones, de elementos simbólicos, de interpretaciones de signos, dado que la acción del docente se ejerce a través de un medio o medios, sean visuales, auditivos, escritos o una combinación de todos ellos, y no, como en la situación presencial, a través de un contacto físico, con respuestas inmediatas. Muchos de los problemas de la educación a distancia se dan porque se da por supuesto la necesidad de construir esa mediación y de evaluarla constantemente.
En este contexto, la acción del docente es un conjunto de elementos simbólicos que el estudiante interpreta y que deben generar tanto la confianza básica como la motivación para desarrollar las actividades propuestas, sin la vigilancia inmediata del docente u otro agente, es decir, hay un supuesto sobre la formación de la voluntad o disposición a aprender o, al menos, a seguir pautas. En otras palabras, una condición para la realización efectiva de la educación a distancia es una disposición formada para realizar actividades educativas, es decir, un convencimiento del estudiante sobre la importancia de esta actividad. En caso de que esto no se de, la tarea primaria de la educación a distancia es generar un vínculo, recurriendo a motivaciones ancladas en la realidad psicológica del estudiante, es decir, se incrementa la conciencia del acto didáctico por parte del docente. Lo cual, a su vez, requiere de un perfil docente acorde con estas exigencias, así como la creación de material educativo con fuerte especificidad al contexto social y cultural en el que los estudiantes viven.
Por ello se dice que una plena educación a distancia es efectiva en sí misma cuando el estudiante tiene un determinado grado de madurez, al menos, cuando su potencial de atención y/o concentración le permite seguir de manera autónoma una secuencia por un tiempo dado. Así, en ausencia de esta capacidad, se puede recurrir a agentes que sostengan esta atención y que no suplanten el rol del docente, agentes que son de dos tipos: personas (auxiliares educativos) o materiales con un mayor grado de influencia motivacional. Esto se corresponde con los tres niveles de la educación básica: inicial (que requiere de auxiliares, que pueden ser los padres), primaria (donde los materiales pueden bastar para sostener la atención) y secundaria (donde la motivación intrínseca y de estímulos "virtuales" -como los valores, el imaginario, etc.- empieza a reemplazar a la extrínseca y de estímulos básicos).